La Maita

La Maita

Tapeo fusión

Antiguamente, hablar de La Maita era hacerlo de una curandera muy popular de Molina de Segura. Ahora, cuando hacemos referencia a "La Maita", estamos hablando de una de las propuestas gastronómicas más interesantes que han surgido en nuestra Región en los últimos años. Un gastrobar ubicado en un entorno único y que combina una estructura vanguardista con los restos de la muralla del Castillo. Al frente de este local está uno de los mejores cocineros murcianos en la actualidad, Tomás Écija, que tras consolidar El Albero (Ceutí) como un gran restaurante, está dispuesto a alcanzar el éxito en el pueblo que lo vio nacer. Para ello, propone una fusión entre lo local y lo oriental, respetando siempre el producto y con una armonía de sabores y texturas presente en todas sus elaboraciones.

El local se encuentra en un enclave único, en el Barrio del Castillo de Molina de Segura, entre los restos de una muralla medieval que se mezclan con elementos más actuales. Además de un pequeño comedor, cuenta con una terraza que ofrece unas vistas espectaculares de la huerta murciana y del casco histórico.

Terraza con vistas a la huerta

Un gastrobar entre restos de murallas

El protagonismo en la carta se lo lleva una interesante y variada selección de bocados y tapas, muy originales y con presencia de esa fusión entre tradicional y oriental que he comentado antes, como se pone de manifiesto con el salmorejo de atún rojo. También se puede compartir un plato de jamón ibérico, una tabla de quesos, un entrecot o una ijada de atún, entre otros platos. Además, hay un apartado de sushi fusión -con la opción del take away-, con propuestas tan originales como el maki envuelto con jamón ibérico y relleno de queso brie. En cuanto a la bodega, tienen un buen número de referencias de todas las D.O.; optando en nuestro caso por un "Paco y Lola", un Albariño aromático y muy refrescante, conocido por su etiqueta de lunares.

Empezamos con el "Salmorejo de atún rojo, huevas de salmón y germinado de nabo de Daikón", uno de los platos que mejor conjuga la fusión oriente-occidente. Una tapa refrescante, con el salmorejo muy fino y el atún tierno y ligeramente marcado; y una acertada combinación de sabores y texturas. Es una delicia cuando explotan las huevas de salmón y dejan esos recuerdos marinos que contrastan con el salmorejo.

Salmorejo de atún rojo, huevas de salmón y germinado de nabo de Daikón


Tras el refrescante comienzo, llegó el turno de un bocado con más carácter, "Nuestro croquetón medieval de ropa vieja y pimientos de padrón". Una generosa croqueta con un interior cremoso y potente sabor, originalmente rematada con pimiento de padrón y huevo de codorniz y sobre una cremosa salsa de boletus.

Nuestro croquetón medieval de ropa vieja y pimientos de padrón

Mucho sabor encontramos también en el "Canelón crujiente y cremoso de boletus edulis y jamón ibérico", contrastando el crujiente de la pasta brick con su cremoso interior.

Canelón crujiente y cremoso de boletus edulis y jamón ibérico

Una muestra de la creatividad del chef es "El foie que quería ser tomate", un trampantojo en el que el falso tomate es en realidad foie y un relleno de queso brie. Sorprendente por la presentación, más que por los sabores.

El foie que quería ser tomate

Un bocado de mar sublime son las "Cocochas de bacalao con gulas y pesto verde". Una tapa con una ejecución impecable, con las cocochas tiernas y jugosas y su característica textura gelatina; acompañadas de un pesto verde con el toque justo de albahaca para no enmascarar el sabor del pescado.

Cocochas de bacalao con gulas y pesto verde

Quería probar algo de sushi, así que pedí el "Niguiri Arauz", que imagino que toma su inspiración en David Arauz, el sushiman del 99 Sushi Bar. Este niguiri es auténtico sushi fusión, con huevo de codorniz, panceta ibérica y trufa. Una delicia que hay que comer con la mano y de un bocado, percibiendo los diferentes sabores y texturas.

Niguiri Arauz

Otro bocado muy fino es el "Bikini de jamón ibérico y torta del casar", un mini sandwich sencillo y delicioso, con la cremosidad del queso y el sabor del jamón ibérico.

Bikini de jamón ibérico y torta del casar

Las "Empanadillas de gambas y zamburiñas" también son puro sabor a mar, con una masa fina y crujiente y un sabroso relleno, acompañadas con un poco de salsa de soja para darle el toque oriental.

Empanadillas de gambas y zamburiñas

El colofón perfecto llegó con una "Ijada de atún trinchado para compartir", un auténtico manjar. Un buen corte, con su intenso y delicado sabor y su característico veteado de grasa, que le aporta esa textura gelatinosa e incomparable.

Ijada de atún trinchado para compartir

El postre también estuvo a la altura, con unos "Canelones crujientes de arroz con leche y helado de turrón". El crujiente del canelón con la cremosidad del arroz con leche y la temperatura de estos con el helado de turrón dan lugar a un postre equilibrado y con armonía.

Canelones crujientes de arroz con leche y helado de turrón

El servicio fue impecable, a la altura de la categoría de este gastrobar. Tiempos adecuados entre cada plato, buena atención y un conocimiento total del producto.

En definitiva, "La Maita" es uno de los sitios en los que más he disfrutado comiendo ultimamente. Un tapeo original y de calidad, fusionando cocina local y nipona, a unos precios razonables -las tapas varían entre los 2 € y los 6 €- y en un enclave único. Algo se está moviendo en la gastronomía murciana ultimamente y La Maita es una buena prueba de ello.

La Maita
C/ Castillo, 18
30500 Molina de Segura (Murcia)
Tel: 968 97 36 07
Precio medio: 25-35 €








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