Mesón Guinea

Mesón Guinea

El tapeo castizo por excelencia


Hay bares que no necesitan publicidad en prensa ni en redes sociales, ya que el boca a boca es su mejor publicidad. El "Mesón Guinea" es un claro ejemplo de ello. Estamos ante un bar de barrio, de los de toda la vida, pero en el que cuesta poder realizar una reserva un viernes por la noche, por algo hay gente que le llama "El Bulli" de San Antolín. Descubrir los motivos de su éxito es fácil, buen tapeo, todo casero y a buen precio. Los gastrobares son una moda -que en su origen pretendía acercar la alta cocina a todos los públicos-, pero los bares de toda la vida siempre estarán ahí, ofreciendo su cocina de confianza.

El local es pequeño y su barra siempre está muy concurrida y animada, ya sea a la hora del almuerzo, para el vermú o para una comida informal. Tarea complicada es encontrar acomodo en alguna de las mesas de su pequeño salón sin haber reservado previamente. 

Aquí no se pide carta, en una pizarra podemos ver algunas de las especialidades de la casa -como las manitas de cerdo o el tomate de la casa- y también podéis confiar sin miedo en las recomendaciones del personal. Nunca falta el pulpo al horno, las marineras, los caballitos y algún guiso como las manitas o el rabo de toro. Y de beber nunca faltan los quintos de Estrella de Levante bien fríos.

Olivas partídas y rabanitos, aperitivo de la casa
Empezamos con dos de los grandes clásicos del tapeo, unos "Caballitos" y "Pulpo al horno", que rayan a gran nivel. Los caballitos presentan un rebozado fino y crujiente y una buena y sabrosa gamba en su interior. El pulpo está al nivel de los mejores de la ciudad, crujiente por fuera y tierno por dentro, con una salsa que invita a sopar. 

Caballitos
Pulpo al horno
Cuando escuchamos lo que llevaba el "Tomate de la casa", no dudamos en pedirlo. Un tomate como los de antes, carnoso y con sabor, acompañado de jamón, dados de queso, olivas y almendra picada. 

Tomate de la casa
La auténtica sorpresa de la noche llegó con el "Mero rebozado", un auténtico manjar. A primera vista es similar a un buñuelo de bacalao, con un rebozado dorado y crujiente. Sin embargo, los tacos de mero le dan una textura más melosa y el bocado es más carnoso. Acompañados de unos pimientos de padrón, estamos ante una tapa digna de mención.

Mero rebozado
También pedimos los "Huevos rotos con jamón", lo único prescindible de la cena. Buena ración y buenos de sabor, pero la textura un poco mazacote.

Huevos rotos
Finalizamos con unos "Montaditos de solomillo con foie". El solomillo de cerdo no podía estar más tierno, untado con foie y un poco de confitura de tomate; un final perfecto.

Montaditos de solomillo con foie
Nos dejamos sin probar su famoso champiñón, las manitas de cerdo o el rabo de toro, pero seguro que lo haremos en la próxima ocasión.

Hay que destacar la amabilidad del servicio, así como el acierto total en sus recomendaciones. Su buen servicio es lo que termina de otorgar el éxito a este bar.

En definitiva, el "Guinea" es uno de los templos del tapeo castizo en nuestra ciudad, uno de esos bares de los que cada vez quedan menos. Tal vez no hay nada que sea lo mejor que he probado en mi vida, pero aquí todo está bueno. Una cocina casera y sin artificios, a precios ajustados y con un buen servicio; a lo que hay que sumar el encanto que tienen estas barras castizas de barrio. Larga vida al Guinea y a esos bares que son únicos.



Mesón Guinea
C/ Vidrieros, 1
30.004 Murcia
Tel: 638 73 73 98
Precio medio: 15 €












































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