Magoga

La estrella que ilumina Cartagena



Tenía muchas ganas de probar "Magoga" incluso antes de que recibiese este año la preciada estrella Michelin, la única de Cartagena y, junto a las dos de la Cabaña Buenavista, las únicas de la Región de Murcia. Un proyecto comandado de manera impecable por María Gómez en la cocina y Adrián de Marcos en la sala. María elabora una cocina actual y refinada, sensible, pausada y mezcla de tradición y vanguardia. Además, el producto local tiene un gran protagonismo, apostando por el mejor producto de la costa y del campo de Cartagena. Todo esto se completa con el magnífico trabajo en sala de Adrián, con una espectacular selección de vinos y un carro de quesos que quita el sentido.

Magoga

Desde que entras por la puerta se percibe algo especial, desde la cuidada iluminación, el hilo musical, el papel con peces que decora la pared y sus elegantes vajillas y cuberterías. Todo esto suma a la hora de disfrutar de la experiencia.

Un sitio especial

El menú degustación cuesta 85€/persona -bebida aparte, posibilidad de armonía de vinos 50€/persona-, un menú muy completo y equilibrado. Como he comentado al principio, la carta de vinos es espectacular, con muchísimas referencias internacionales. En nuestro caso pedimos un "Cantayano", un Verdejo muy versátil que armoniza muy bien con casi todo. También probamos la cerveza artesana "Pepita´s beer", de trigo y con un suave aroma a pino.


De aperitivo de bienvenida nos trajeron un "Crujiente de chato murciano", con su roast beef y una salsa tártara de mostaza.

Crujiente de chato murciano

Los snacks llevan el título de un paseo por Cartagena. Comienzan con una "Flor del campo de Cartagena", una versión salada de un postre típico que también se conoce como flor de novia,  con una sobrasada vegetal y miel. Le acompañaba una "Milhoja" en recuerdo a las matanzas.

Flores del campo de Cartagena y Mihoja en recuerdo a las matanzas

Otro de los snacks fue la "Royal de mujol y Jerez", con intenso sabor a hueva de mújol y Jerez y una textura muy cremosa, rematada con unas huevas.

Royal de mújol y Jerez

Para terminar con los snacks, una deliciosa "Mantequilla de oveja Calaveruela" (Córdoba)  y un magnífico "Aceite Hojiblanca", de De Ortegas (Yecla), con una sal de San Pedro del Pinatar. Muy buen pan para acompañarlos, blanco, de semillas y uno crujiente con aceite.

"Mantequilla de oveja Calaveruela" y "Aceite Hojiblanca"

Continuamos el menú con la "Quisquilla de Cartagena, con toques de la huerta". Un producto espectacular, sólo hay que ver las huevas azules de la quisquilla, con su cabeza frita y un fondo de leche de coco y cítricos.

Quisquilla de Cartagena, con toques de huerta

Después llegó el turno de la "Ensalada de cebolla asada, salazones curados en casa y almendra marcona". Viene con una presentación muy original en el interior de un submarino Peral en miniatura. Cebolla asada en leña, hueva de mújol, bonito y atún, con un ajoblanco de atún seco y almendra marcona de la finca de la abuela de María en Fuente Álamo. Fue el plato que menos me gustó, porque se acaba comiendo cebolla sola. Lo que sí me gustó fue la curación que le dan a la hueva, con una cremosidad que se deshace en la boca.

Ensalada de cebolla asada, salazones curados en casa y almendra marcona

Empezamos la parte de pescados con la "Raya a la brasa con su torrezno y callos de bacalao guisados". Un plato tradicional de la cocina francesa al que María da su toque personal. El lomo limpio y marcado en la brasa, con su cartílago crujiente como un torrezno y un fondo con un delicioso guiso de callos de bacalao, verdura y lima kaffir.

Raya a la brasa con su torrezno y callos de bacalao

No podía faltar el arroz en el menú, en este caso un "Arroz bomba D.O. Calasparra de gamba roja de nuestra costa". La cabeza de la gamba se sirve aparte, con unas esferas de un amontillado de 18 años, un bocado tremendo. El arroz tiene un punto perfecto y mucho sabor, con la gamba roja, lechuga de mar y toques cítricos.

Arroz bomba D.O. Calasparra de gamba roja de nuestra costa

Finalizamos la parte del pescado con la "Kokotxa de atún rojo con salsa de ternera y boniato", auténtico platazo. Lo llaman kokotxa aunque realmente el atún no tiene, en realidad es el galete, una pieza pequeña de la cabeza, cerca de la parte auditiva. Viene deshuesado y su contenido de grasa hacen que sea puro sabor y melosidad, que rematan con un potente fondo con carrillera de ternera al Pedro Ximénez, un crujiente de boniato y fisalis caramelizado, que es conocido como el tomate peruano.




Finalizamos los principales con un plato de carne, el "Pichón de Mont Royal en dos cocciones, cuquillo y escombrum", el plato que más me gustó de todo el menú. Unos pichones que les sirven de una granja de Toulosue, de medio kilo de peso y alimentados con maíz fresco para aportarles mayor infiltración de grasa. Lo preparan en dos cocciones, la pechuga a la brasa, con un punto perfecto; y el muslo confitado confitado con grasa de pato, dejándolo crujiente por fuera y tierno en su interior. Lo de escombrum nos contó Adrián que viene de que a la caballa se le llamaba escombro (de ahí también el nombre de Escombreras),y la salsa que acompaña el pichón es un garum, que elaboraban los romanos con las tripas de pescado y que fermentaban en ánforas; en este caso la preparan con caballa, sin las tripas y muy suavizada. Para rebañar en la salsa, está presente un bizcocho de oliva cuquillo y debajo de este un paté con el hígado del pichón. Un plato excelso.

Pichón de Mont Royal en dos cocciones, cuquillo y escombrum

Después vino uno de los momentos que más disfruté del menú, el imponente "Carro de quesos". Una espectacular selección de quesos que realiza Adrián y que incluye en su mayoría variedades nacionales y francesas, además de italianos, ingleses y alguna que otra rareza más difícil de encontrar.
Daban ganas de llevarse el carro entero a casa, pero me tuve que conformar con probar cuatro de ellos, destacando un espectacular Comté de 36 meses y un queso azul gallego que me soprendió.

Carro de quesos

Mi selección de quesos

Pasamos a los postres con una "Esencia de higuera", consistente en una panna cotta sobre la que se raya higo helado, un postre muy fresco y cremoso.

Esencia de higuera

El otro postre fue "Algarroba, cremoso de chocolate y sorbete de piel de limón". Un canelé con crema de cacao, harina de algarroba y helado de limón. No me convenció, porque la textura era un poco gomosa.

Algarroba, cremoso de chocolate y sorbete de piel de limón

Finalizamos con los "Petit fours", unas trufas de chocolate con algarroba, sin nada de azucar añadido.

Petit fours

El servicio estuvo a un nivel tan alto como la cocina. Un equipo de profesionales que da un servicio que roza la excelencia en todos los aspectos y que hace que la experiencia sea única. Da gusto ver cómo se desenvuelve Adrián en la sala y la pasión con la que lo hace; y María muy amable saliendo a saludar, aunque se nota que donde mejor se encuentra es en los fogones. Como detalle, nos entregaron unos crespillos dulces con el nombre de Magoga grabado con chocolate.

Crespillo Magoga

En definitiva "Magoga" es una experiencia altamente recomendable y hemos podido comprobar que la obtención de la estrella Michelin no ha sido casualidad, sino fruto del trabajo bien hecho. Una estrella que ilumina Cartagena y todo el panorama gastronómico de la Región de Murcia.


Restaurante Magoga
Plaza Dr Vicente García Marcos, Calle Carlos III, 5
30.201 Cartagena (Murcia)
Web: https://www.restaurantemagoga.com/
Tel: 629 98 02 57
Preció menú: 85€ (bebida aparte)















































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